Arequipa está en la encrucijada. Desde que su centro histórico fue nominado por Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, principalmente en la última década, la ciudad ha venido siendo objeto de intervenciones agresivas, tanto en su campiña y cuenca urbana, que también es parte de su patrimonio, como en su casco histórico, que afectan gravemente este legado, excepcional y de valor universal, por un afán desbordado de lucro mediante la especulación inmobiliaria. Debido a ello Arequipa ha ido perdiendo parte de su reserva de áreas verdes, reconocida por Unesco como marco paisajístico del centro histórico, y se han degradado varios ambientes monumentales, por demolición de casonas y sustitución por proyectos de dudosa calidad, o por la implantación de proyectos que alteran el área patrimonial donde se localizan. Pero nunca como antes hemos llegado a una situación crítica, como en esta hora aciaga, por el daño irreversible al patrimonio, ocasionado por un infeliz proyecto inmobiliario que sólo busca sacar el máximo provecho del suelo, sin importarles la degradación a la memoria histórica de la ciudad, y que puede ser motivo de ser considerados por Unesco como patrimonio en peligro. Nos referimos al conjunto multifamiliar de La Recoleta.
¿Cómo se obtuvo la licencia para ello? Será motivo de investigación. Lo que ahora se pretende, con este multifamiliar de la Recoleta, sobrepasa, en todo caso, cualquier límite de lo permisible, con un lamentable criterio de saturación y abuso de la capacidad del suelo, y sin tomar en cuenta el entorno urbano y los parámetros normados para esta zona en el Plan Maestro vigente hasta la fecha
Primero hay que señalar, lo importante que ha sido y sigue siendo esta zona en el centro histórico y su área de amortiguamiento. En efecto, la Recoleta se origina a partir de la ubicación del convento de los frailes franciscanos en 1648, en la margen derecha del río, que como todos los recoletos buscaban un lugar retirado y modesto, próximo al ingreso a la ciudad, a través del Puente Real, por ello en su trayecto se localizaron los tambos. Fue precisamente en esta zona donde se instala el primer asentamiento colonial de Arequipa fuera de las 49 manzanas fundacionales; y por ello al conjunto de casas que se fue formando se le llamó el barrio de La Antiquilla, en razón a su antigüedad. A lo largo de más de cuatro siglos este barrio ha mantenido las mismas características de ser un lugar apacible, casi aldeano, con callecitas estrechas y sinuosas, pero con bastante tradición. El Convento de la Recoleta tiene un claustro rural, llamado Alcantarino, con sencillos pilares y coberturas de tejas, a cuyo alrededor se localizaban las celdas; en una de ellas estaba el cuarto de Juan Landázuri Ricketts, recordado cardenal. Actualmente el convento alberga un museo y la mayor biblioteca histórica de la ciudad con más de 25 mil volúmenes. Viniendo de la plaza, cruzando el puente, hoy Bolognesi, a la izquierda está la Alameda Pardo, que tenía un arco, siguiendo de frente está la calle Beaterio con la casa de María Santos, la musa Silvia del poeta Melgar, siguiendo con una inflexión a la derecha, se llega a la bifurcación con La Recoleta, ahí a pocos metros está el Tambo Ruelas, monumento nacional, que felizmente existe la intención de rehabilitarlo. Este tambo también tiene un pasado histórico, allí estuvo varias veces el poeta Percy Gibson. Hay que señalar, además, que esta zona, si bien tiene como frente la calle Recoleta, no se debe olvidar que su frente más importante es el que da hacia el rio, y que se observa desde cualquier punto de la margen izquierda; por ello en 1940, Alberto de Rivero, quien diseña el primer plan urbano de Arequipa, plantea la prosecución de la av. Bolognesi hasta la Alameda Pardo, mediante un malecón, y que el Plan Maestro recoge la idea y plantea como uno de los proyectos estratégicos la implantación de Malecón Alto de La Recoleta; valorizando este nuevo frente al río. Por todo ello, La Recoleta y este sector es altamente vulnerable frente a cualquier intervención.
El proyecto inmobiliario, no sólo altera los aspectos urbanísticos del centro con una interpretación arbitraria de los parámetros, mediante leguleyadas, como el no tomar en cuenta el frente urbano hacia el río, o sobrepasar en altura al tambo Ruelas, y el máximo de cuatro pisos, sino que además el proyecto arquitectónico es deplorable en su concepción, de pésimo gusto, con un hacinamiento enorme, peor que cualquier modesto conjunto habitacional tipo Fonavi; y todo para dar cabida a 167 departamentos, con bajísimo estándar ambiental y funcional. Este proyecto, por donde se le vea es un atentado gravísimo al patrimonio de Arequipa, Va a producir un impacto terrible en toda el área, sólo por la cantidad de vehículos, la Recoleta va a colapsar; recordemos que hace como 10 años, la empresa Cencosud, pretendió construir un supermercado en la avenida Bolognesi; la población local se opuso por el impacto vehicular, y la empresa razonablemente desistió. Por ello, hacemos un llamado a los propietarios del terreno a no dar curso a esta fatal intervención. Señores, por favor, no dejen que esto prospere, no sean macca mama, (en el argot arequipeñista, quien maltrata a su madre), ustedes son hijos de Arequipa, como somos todos lo que nacimos y vivimos aquí; seamos dignos de nuestra madre, no se sumen a la angurria lamentablemente hoy tan extendida.
Invocamos a las autoridades de la Municipalidad Provincial y el Gobierno Regional de Arequipa a no dar paso a este atentado de lesa cultura, aprobado, al parecer, nada menos que por las más altas autoridades nacionales en la materia. Es necesario recordar que un atentado semejante al patrimonio, con la complicidad de malos profesionales y la complacencia de autoridades, será principalmente responsabilidad de quienes hoy están al frente del Ministerio de Cultura.
*Arquitecto. Fue miembro de la Superintendencia Municipal del Centro Histórico de Arequipa, encargada de su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, y director de su Oficina Técnica.